domingo, 16 de marzo de 2008

Gary Louris y su "vagabundo" errante

El 19 de Febrero de este mismo año salía a la venta “Vagabonds” (Rykodisc), el primer álbum de Gary Louris en solitario. El ex-Jayhawks de Toledo (Ohio) emprende así su primera aventura al frente de un proyecto propiamente suyo. Dos semanas después “Vagabonds” llegaba a nuestros oídos (literalmente). Un día más tarde estaba claro que Gary Louris sería el siguiente artista invitado en el Auditorio Ryman.

Desde el primer acorde de guitarra hasta el último tarareo sostenido, Louris deja claro que el disco no es sino un viaje interior en busca de respuestas: “strip it down to what you can believe in” (sobre algo en lo que poder creer), “today is the day / my branches bear their fruit / all my labour will be rewarded” (sobre la recompensa que esperamos al hacer algo que está bien), “is there a lesson here for me to learn / for me to follow?” (sobre la necesidad de aprender). La voz de Louris, casi un susurro en “True Blue”, es su instrumento más intimista. La atmósfera creada por el pedal steel y el piano (especialmente sobresaliente en “To Die A Happy Man”) nos aleja de la dimensión terrena. Es una sensación inconsciente; nos damos cuenta a posteriori, cuando el sonido ha desaparecido. Volvemos gradualmente a la realidad con las voces del coro en “She Only Calls Me On Sundays”. Definitivamente, podemos afirmar que “Vagabonds” es un álbum de madurez. Louris ya no es el chico que cantaba “Jane, why don’t you give a damn” con Golden Smog; ahora sus preocupaciones son otras y este su debut en solitario nos abre la puerta a algunos de sus sentimientos.

Para la grabación del disco, Louris y su productor, Chris Robinson (de los Black Crowes), se encerraron en un estudio en el barrio de Laurel Canyon, en Los Ángeles (paréntesis en toda regla: ¿han visto la película “La calle de las tentaciones”?), con una banda compuesta por músicos itinerantes (además de los elegidos para la ocasión), y un grupo de artistas varios que formaron un coro de primera. El Laurel Canyon Family Choir (como vino a llamarse dicho coro) lo componen: el propio Chris Robinson, Susana Hoffs (de las Bangles), Jenny Lewis (componente de Rilo Kiley y autora del sorprendente “Rabbit Fur Coat”, del 2006, junto a las gemelas Watson), y las hermanas Chapin (genial su adaptación de “Toxic”, de Britney Spears). Si antes decíamos que la voz de Louris es su instrumento más intimista, ahora añadimos que los cuidados arreglos del coro (sobre todo, en “To Die A Happy Man” y “We’ll Get By”) derrochan espiritualidad a raudales sobre las canciones.

El resultado es impresionante. Las voces, junto a un pedal steel casi llorón, unos punteos de guitarra eléctrica que parece pedir perdón por estar sonando (“Black Grass”), un piano muy comedido (“Meandering”), la guitarra acústica (siempre presente), la armónica de “Vagabonds”, y un fenomenal entendimiento de los músicos en directo, hacen de este disco una pequeña (y sobria) joya del country-folk.

Y nos alegramos, puesto que parece que no será la última que habrá de ofrecernos Louris este año. En el último número de la revista americana No Depression (#74), a colación de una entrevista con nuestro invitado, se anuncia a bombo y platillo la inminente publicación de un álbum de colaboración entre Mark Olson y Gary Louris (líderes los dos de los Jayhawks; antes y después – respectivamente – de la marcha de Olson): el disco Olson-Louris se llamará “Ready For The Flood”. Al parecer, la idea del álbum surgió después del tour que ambos compartieron en 2006. En su página web, Louris explica que aún no está muy claro si el álbum saldrá a la venta en verano o en otoño. Lo que sí sabemos es que lleva listo desde enero del 2007.

Está claro que el ajuste de fechas ha tenido que ser complicado. En junio del 2007 se publicaba “The Salvation Blues”, el (también) debut de Mark Olson en solitario (¡recomendado!). Ahora se hace lo propio con el “Vagabonds” de Louris. Nos preguntamos (a pesar de estar encantados) si tanto release Jayhawks-relacionado no revertirá (de aquí a unos meses) en un sentimiento de “uf, ¿más Jayhawks?” hacia nuestro querido Louris (quien ya ha suspendido parte de su gira por la Costa Oeste, debido, principalmente, a la falta de interés del público californiano). Desde el Auditorio, ¡todo nuestro apoyo, Gary!

Una petición: si sólo tienen tiempo para escuchar una o dos canciones del “Vagabonds” (el disco está disponible – al completo – en el MySpace de Louris), vayan directamente a “D. C. Blues” (extremadamente recomendable para los nostálgicos de la Costa Este americana) y “Black Grass” (no sabemos muy bien por qué, pero nos recuerda a Simon & Garfunkel). Si hay tiempo para una tercera, elijan ustedes una de las siguientes: “She Only Calls Me On Sundays”, “Vagabonds”, o “I Wanna Get High”. Sobre todo, no se olviden de disfrutarlas.

domingo, 9 de marzo de 2008

Country-Rock con acento británico

Mis más sinceras disculpas, ladies and gentlemen. El Auditorio Ryman se ha quedado sin maestro de ceremonias durante unos días, lo cual ha dado lugar al break de (exactamente) dos semanas en la serie de entradas de este blog.

En el post de hoy intentaré excusar dicho lapso a través del repaso de mis andanzas por la ciudad que me ha mantenido alejada de esta ocupación “bloguera”: Londres.

En Octubre del 2007 hacía la reserva para tres noches de hotel en la capital inglesa. Ese mismo mes, en el número 242 de la revista Ruta 66, aparecía (muy oportunamente) un artículo titulado “British Country-Rock: Visita a la escena londinense del Americana”. El texto (fantástico) de Eduardo Ranedo hace justicia a los más destacados solistas y bandas de Londres que se dedican al country alternativo (llámenlo alt.country o Americana). Tras la lectura del artículo empecé a elaborar una lista: “Country-Rock con acento británico”. Sin demasiado orden ni concierto, en ella incluí nombres de grupos (The Rockingbirds, Redlands Palomino Co., Grand Drive, The Tailors y The Snakes), revistas (Uncut, Maverick y Bucketfull of Brains), lugares de referencia (el club Sin City – algún día, quizás), datos curiosos (la mayoría procedentes de la “guía del creyente”), etc.

Además, gracias a las aportaciones del público de este Auditorio, la lista creció (y vaya si lo hizo… hasta tal punto que dejó de ser “de acento británico” exclusivamente): Steve Earle, Jim Lauderdale, Amy Rigby y… otra vez de vuelta al taste inglés, John Wesley Harding… fueron añadidos). ¿El objetivo? Visitar los HMV – FOPP – Zavvi de Londres en busca de alguno de los items de mi lista.

The truth is, una vez en Londres, la búsqueda no resultó tan fructífera como había imaginado. No obstante, como casi siempre, encontré más cosas de las que buscaba. Así que, después de todo, volví a casa más que contenta. Ya me dirán…

En la tienda Rough Trade (al lado de Portobello Road) encontré dos de los discos estrella de este viaje: “See The Morning In” (2002), de Grand Drive, y “Songs From The Satellites” (2006), de los Snakes. La banda Grand Drive la lideran los hermanos Wilson (no he podido resistir la tentación de escribirlo así): Danny y Julian. A pesar de haber crecido en Londres, los Wilson proceden de Australia (hecho que, ya de paso, nos viene a explicar por qué el acento del vocalista – Danny – no resulta demasiado artificial). See The Morning In” fue su tercer álbum en Inglaterra, pero también su álbum de presentación en E.E.U.U. (fue lanzado por dos discográficas diferentes: Gravity y BMG). La web de crítica musical allmusic.com los compara con Wilco y Whiskeytown. En el Auditorio Ryman creemos que la comparación es un poco altiva, pero (no por ello) queremos quitarle mérito al Pop plagado de sonidos Americana (“Firefly” y “Track 40”, sobre todo) y melodías preciosistas (“You and I”) de los hermanos Wilson. Son, coincidiendo con el calificativo de Eduardo Ranedo, “una linda golosina”. Tanto es así que Gran Drive han sonado ya más de tres veces en mi coche…

El disco de los Snakes, “Songs From The Satellites”, es el álbum de debut de esta banda de Wiltshire. Se trata de un disco mucho más eléctrico que el anterior. Los Snakes sí recuerdan a Whyskeytown (e incluso a los Jayhawks). “Li’lb”, “Homecoming Day”, “Old Country” y “Satellite Town” son ejemplos perfectos de country-rock. Los continuos riffs de guitarra resultan en ritmos tremendamente contagiosos, las letras se centran en aspectos tan cotidianos como la espera de un tren en una estación (“Li’lb”) o un desayuno aburrido (“Drag You Down”), y… el resultado es muy, muy atractivo.

Otros protagonistas de este viaje han sido Amy Rigby (sólo pude encontrar “Til The Wheels Fall Off”, del 2003, pero me ha parecido un álbum genial), Steve Earle (con su “Guitar Town”, de 1984), y los recopilatorios de tres artistas femeninas imprescincibles: Kitty Wells, Patsy Cline y Loretta Lynn.

¿Mis grandes decepciones? Jim Lauderdale, John Wesley Harding y los Rockingbirds… No pude encontrarlos en ningún sitio.

De todas formas, sin comerlo ni beberlo he vuelto al Auditorio con material suficiente para escuchar, leer, rumiar y disfrutar durante... meses. En cuanto a la lectura, lo que más me llama son los dos últimos takes de la revista Uncut, que incluyen los capítulos 2 y 3 de la serie “Uncut’s Pioneers of Country Rock” (sobre el nacimiento del Americana moderno). La serie fue inaugurada con Bob Dylan. Los Byrds y Gram Parsons hacen el capítulo 2. Mike Nesmith protagoniza el capítulo 3 (a la venta durante todo este mes). El capítulo final estará dedicado a Gene Clark. Ahí es nada…

En fin… a punto estuve de traerme una camisa tipo Nudie (si os parece mínimamente interesante todo esto del country, no os perdáis la tienda Jessie Western, justo al principio del mercado de Portobello), pero decidí dejarlo (por si voy a Nashville…).

Goodbye, London; Hello, Nashville!

(Dedicado a mi amiga Ana, que tan pacientemente ha sufrido mi afición a la música durante este viaje.)