Hi, there.
We’re back.
Portada de la revista Weird Tales (1933)
Últimamente, sin embargo, algunas experiencias desordenadas, curiosidades varias y momentos realmente inolvidables me han devuelto con entusiasmo renovado a la amalgama de música que no para de sorprenderme y emocionarme: el Country.
Les invito a hacer un repaso conmigo.
De tocadiscos, forajidos y niños bien. El 25 de Abril por fin se hace realidad un sueño: escuchar vinilos en mi casa de verdad (a.k.a., la casa de mis padres). Días antes, mi novio se había encargado de comprarme en El Corte Inglés (¿dónde si no?) la pieza clave en todo el puzzle de cables y adaptadores que conforman el tándem “tocadiscos – cadena de música”: el previo de fono o preamplificador. Así, el 25, voy de fin de semana a casa: conduzco hasta mi ciudad de origen, llego, saludo, entro en mi habitación, encajo todo lo que había quedado suelto en mi último (y frustrado) intento y… voila!: comienza a sonar “Blue Eyes” a viva voz, del E.P. de 7” de la International Submarine Band (con Gram Parsons como líder). Llevaba guardado desde Diciembre de 2008. De los niños bien del Country-Rock decido pasar a los Outlaws (los de verdad), y me quedo patidifusa: Wanted! The Outlaws (1976) es un discazo. Nunca antes había oído una interpretación de “Suspicious Minds” a dúo (ésta la hacen Waylon Jennings y Jessi Colter). Por supuesto, la pongo again and again, sin parar, hasta que quedo satisfecha. Momentazo.
Will The Circle Be Unbroken? El 1 de Mayo (mi cumpleaños), tomando un helado en Triana, con mis Wayfarer nuevas en la cabeza y rodeada de chicas vestidas de flamencas (con los pies cansados), recibo un regalo inesperado: el disco de la Nitty Gritty Dirt Band (con las colaboraciones de Maybelle Carter y Roy Acuff, entre otros) Will The Circle Be Unbroken? (1972). Llevaba años detrás de él, pero nunca lo había comprado. Días más tarde, en el coche, de camino al trabajo, lo escucho con ilusión. Es un disco doble y me da para cuatro viajes. Toda la esencia del Country está en este álbum: me fascina que puedan gustarme tantísimo un fiddle y un twang. A colación de su escucha, vuelvo a sacar los CDs de Hank Williams y la Familia Carter. ¡Qué grandeza!
A la vanguardia de la técnica. Hace una semana, en casa, por la noche, mientras recojo la bandeja de la cena, oigo en la televisión una cancioncilla tremendamente simple, pero con taste a raíces y un guitarrismo muy rítmico y blandito. Corro a tomar nota de la marca anunciante: “Audi, Q5: A la vanguardia de la técnica”. Enciendo el ordenador y le pregunto a Mr. Google: se trata de la canción “Riding in my car”, de Woody Guthrie. Quedo contenta para el resto del día.
Lo que hizo Kate. Mi novio y mis compañeros de trabajo se han empeñado en que vea Perdidos. Gracias. Descubro que los flashbacks de Kate y Sawyer están plagados de canciones de Country clásico. La más recurrente hasta ahora (voy por el capítulo 15 de la tercera temporada) es “Walkin’ After Midnight”, de Patsy Cline. Me pica la curiosidad: ¿tendrá algún significado especial?
“Country Disappeared”. Me informan de que en el último disco de Wilco (Wilco, The Album), ése que aún no ha salido a la venta, hay una canción con el título “Country Disappeared”. Me asusto. ¿Es posible que los de Chicago estén dando a entender que abandonan su vínculo con la música Country? Visto lo visto en el Territorios 2009 de Sevilla, quizás sea así. Leo la letra de la canción en Internet, descargo el álbum, lo disfruto (¡preciosísimo!) y… me quedo tranquila. Wilco no están renegando de sus orígenes: la palabra “country” se utiliza con el significado de país. Entonces recuerdo: ¡cómo disfruté en el concierto del viernes! El estribillo de “A Shot In the Arm” y los solos de “Impossible Germany” aún resuenan en mi cabeza. Increíble.
Weird Tales. Descubro (según parece, ya lo sabía, aunque lo había olvidado) que Jeff Tweedy, Gary Louris y Marc Perlman coincidieron en Golden Smog a finales de los 90. Me gustan esta clase de apuntes curiosos. Weird Tales (1998) es el título del segundo álbum de esta banda. El pulso Wilco – Jayhawks de este viernes pasado lo ganó Wilco. Eso es impepinable. Pero, sinceramente, los Jayhawks me dieron lo que no me atrevía a esperar. Escuchar “Bad Time” esa noche no entraba en mis planes (la decepción con “How To Fight Loneliness”, de Wilco, ya había hecho mella), pero cuando reconocí los primeros acordes de “I’d Run Away”, poco después de que los Louris, Olson y Perlman salieran al escenario, me dije: “La tocan seguro”. Ahora puedo contar que he vivido en directo la canción nº 1 de mi lista “Canciones preciosísimas de alt.country…”. Por otro lado, hubo gente que, al oír el nombre “Hank Williams” en boca de Mark Olson, se dio la vuelta y le dio la espalda al grupo durante un buen rato. A mí me pareció una falta de respeto: sobre todo, porque acto seguido se volvieron para corear el estribillo de “Bad Time” como si fuera lo mejor desde el chicle.
Los Jayhawks en el Territorios de Sevilla
Señores… gracias por su atención.
Bye.
See you soon.