miércoles, 17 de abril de 2013

Por fin: mi viaje a Nashville



[Artículo publicado en la Revista nº 82 del Club Elvis Spain]

Revista oficial del Club Elvis Spain (nº 82, Abril 2013)
Intro
¡Saludos a todos!  Desde aquí...  Mi más humilde agradecimiento al Club Elvis: a Eduardo Lario y a toda la directiva del Club, que tan amablemente me han animado a escribir este artículo sobre Nashville.  ¡Gracias, chicos!

NASHVILLE: CIUDAD DE LA MÚSICA

Country Music Hall of Fame and Museum
Si el mundo es un escenario, Nashville es un decorado de lujo.
He aquí el relato de mi visita a la “ciudad de la música” durante la Elvis Week 2012.

Nashville, Tennessee
4 de Abril de 1960.  4:00 a.m.  Estudio B de la RCA.  Oscuridad.

Acto I
I wonder if you're lonesome tonight.
You know, someone said that the world's a stage
And each must play a part.
Fate had me playing in love, you as my sweet heart.
Act one was when we met, I loved you at first glance.
You read your line so cleverly and never missed a cue...

En Nashville, epicentro de la música Country desde los años 30 del siglo pasado, la tradición musical está tan arraigada que los americanos han tenido a bien referirse a esta ciudad como: “Music City, USA”.

La industria discográfica del Country tiene su sede en Nashville desde hace varias décadas.  La mayor parte de las grandes construcciones de la ciudad han sido concebidas para albergar conciertos, macro festivales, etc.; en los locales de sus calles suena música en directo a todas horas del día; las tiendas de discos hacen sonar canciones fetiche de este género sin apenas ruborizarse...  En definitiva, Nashville es el paraíso de cualquier amante del Country.

En este entorno aterrizamos Edu Lario y yo una lluviosa mañana de Agosto de 2012.

Nuestra primera parada fue el Country Music Hall of Fame and Museum.  Cabe destacar que el edificio que lo alberga es gigante.  El  vestíbulo de entrada es tan impresionante que, al caminar por él, uno abandona por completo la idea de que “el Country es sólo un género de minorías”.  Queda clarísimo que el americano medio está orgullosísimo de la tradición musical de su país.

Estudio B de la RCA
La entrada al museo incluye una visita guiada al Estudio B de la RCA.  Así pues, antes de visitar el Hall of Fame and Museum, nos trasladamos en autobús hasta el pequeño edificio del histórico Estudio B, situado en el número 1611 del Roy Acuff Place.

Vestíbulo principal del Estudio B de la RCA
En el vestíbulo principal del estudio la guía del tour hizo un repaso muy instructivo sobre los  músicos más representativos del mismo: Roy Orbison, los Everly Brothers, Charley Pride, Waylon Jennings, Porter Wagoner, Dolly Parton, Elvis Presley... [Click aquí para escuchar una lista de Spotify con los temas del recorrido del tour]
 
Al terminar, la guía nos condujo hacia adentro, a la sala principal, donde Chet Atkins había dirigido un sinfín de sesiones, donde el “sonido Nashville” había tenido su origen, donde Elvis grabaría más de 200 temas...  Un piano (“el” piano) hacía acto de presencia frente a la cabina de control.

Elvis y los Jordanaires
De pronto se apagaron las luces y, con un sonido limpio, impecable, una voz conocida envolvió la habitación... “Are You Lonesome Tonight?(Elvis Is Back!, 1960).

A la salida del estudio, con el subidón propio de quien acaba de vivir algo extraordinario, bajamos de las nubes para mirar el reloj.  Casi las 14:00...  ¿Ya?  Decisión rápida.  Iríamos al Auditorio Ryman antes de que cerrara, dejando el Hall of Fame para el final del día.

Edu y yo sobre el escenario del Auditorio
El Auditorio Ryman es la “madre iglesia” de la música Country.  Nació como un lugar de reunión para fieles, fue teatro durante un par de décadas y finalmente (entre 1943 y 1974) acabó albergando el que hoy día es el programa de radio más antiguo de la historia de Estados Unidos: el Grand Ole Opry (cuya primera emisión tuvo lugar en 1925).

Emmylou Harris sobre el mismo escenario
Al entrar en él casi tuve la impresión de encontrarme en casa.  Sentí una alegría inmensa al reconocer gran parte de la memorabilia básica expuesta en sus vitrinas, como los trajes que Johnny Cash y June Carter vistieron durante el Show de Johnny Cash, un vestido de Patsy Cline, el disco de oro de At Folsom Prison (1968) y muchos otros objetos entrañables.  Pasear por entre las gradas fue una pasada.  ¡Pero si allí mismo han actuado Hank Williams y Emmylou Harris!  No me lo podía creer...  No pudimos despedirnos sino con una foto sobre el escenario, sosteniendo guitarra y banjo.

Por segunda vez en el día volvíamos al Country Music Hall of Fame and Museum.  Teníamos apenas dos horas para intentar verlo todo, así que nos entregamos a la visita con una ilusión tremenda.  Al poco de empezar ya se sucedían ante nosotros datos y curiosidades sobre Jimmie Rodgers, revolucionario del Country clásico con sus yodels; sobre Maybelle Carter, alma mater del Country; sobre Carl Perkins, cuyos “blue suede shoes” encontramos allí expuestos; sobre Nudie Cohn, el sastre del Country-Rock, y su coche “customizado” para Webb Pierce; y por supuesto... ¡sobre Elvis también!  Allí estaban su Cadillac de oro y el piano Kimball Gold que Priscilla le regaló.

Traje Nudie de Gram Parsons
Un poco más adelante nos esperaba uno de los grandes tesoros del museo (al menos para mí): el traje Nudie de Gram Parsons.  Ese que el creador de la “música cósmica americana” llevara en la portada del disco de los Flying Burrito Brothers: The Gilded Palace of Sin (1969).  Mo-men-ta-zo.

Acto II
Then came act two, you seemed to change and you acted strange.
And why, I'll never know.
Honey, you lied when you said you loved me
And I had no cause to doubt you.
But I'd rather go on hearing your lies
Than go on living without you.

Uno no puede pasear por las calles de Nashville sin sentir esa inmensidad tan característica de las grandes ciudades norteamericanas. Sus sofisticados rascacielos se alzan de forma natural sobre muchos otros edificios más modestos y antiguos. Y la verdad es que el resultado invita a vibrar a todo el que descubre que este contraste entre modernidad y tradición es uno de los sellos más atractivos de la capital de Tennessee.

Edu y yo en Lower Broadway Street
Lower Broadway Street está plagada de locales de música en directo. Es una avenida ancha, gigante, con cantidad de tiendas y restaurantes. La música se oye desde la calle. Su ambiente es muy diferente al de la Beale Street de Memphis. Todo parece más real. Al caminar por ella, sentí como si de un momento a otro fuera a cruzarme con Dwight Yoakam o Lucinda Williams (¡inciso para mencionar que Lucinda visitará Madrid, Barcelona y Bilbao en junio de 2013!)

Después de comer tomamos una cerveza con todo el grupo de socios del Club (que también andaban por allí) en un local situado en la esquina de Broadway con 5th Avenue: el Legends Corner. Eran las 18:00 de la tarde, pero había un ambientazo.

Legends Corner, Broadway St., Nashville, Tennessee
Al terminar, sólo tuvimos que cruzar la calle para entrar en la antigua tienda de discos llamada Ernest Tubb Record Shop. Es un lugar auténtico, entrañable y muy familiar. Tienen todos los discos de Country que cualquiera pueda imaginar. Un último paraíso para mi memoria.  Al salir nos había caído ya la noche; era hora de marcharse.

Cae la cortina
Now the stage is bare and I'm standing there
With emptiness all around
And if you won't come back to me
Then make them bring the curtain down.

Ya en el coche, camino de Memphis, la reflexión final sobre el viaje era simple y llana...

Un día en Nashville no es suficiente.  Hay que volver.

domingo, 23 de enero de 2011

To Ramona...




Ramona, come closer
Shut softly your watery eyes
The pangs of your sadness
Will pass as your senses will rise
The flowers of the city
Though breathlike, get deathlike at times
And there's no use in tryin'
To deal with the dyin'
Though I cannot explain that in lines.


- Bob Dylan, “To Ramona” (1964)


Bienvenidos de nuevo.

Más de un año… Lo sé. My apologies.

Hoy vuelvo al Auditorio para escribir sobre una pequeña emoción (sin demasiada importancia) vivida en soledad (y que necesitaba ser compartida).

Bien…

Según parece, no soy la única que se ha dado cuenta de que Scott Pilgrim existe (más de 5.850.000 entradas en Google y 71.800 "Likes" en su página de Facebook así lo demuestran).



Portada del Volumen 1 de la serie de cómics Scott Pilgrim (2004-2010)

Scott es el joven protagonista de la novela gráfica obra del canadiense Brian Lee O’Malley. Es un chico supercool (aunque un poco vago). Vive en Toronto. Toca el bajo en una banda llamada Sex Bob-Omb. Le encantan los videojuegos. Todas las chicas que le rodean han salido con él en algún punto de su vida. Su última novia le rompió el corazón. Ahora se ha enamorado de una chica americana: Ramona Flowers. Para salir con ella, Scott tiene que vencer a sus siete ex-novios malvados.

Michael Cera es Scott Pilgrim en la peli Scott Pilgrim contra el mundo (Edgar Wright, 2010). Sí…, esa clase de chico es Scott.



Cartel de Scott Pilgrim contra el mundo (2010) en España

Mi compi de trabajo “macatraca” (experta en manga japonés y cómics) me descubre a Scott en verano de 2010. Con vistas a tenerlo todo estudiado antes del estreno de la película, compra los seis volúmenes del cómic. En otoño (con la peli ya estrenada en España) me anima a leerlo a mí también.

Mientras lo hago, vivo pequeños momentos de emoción de valor incalculable y llego a las siguientes conclusiones (si sois muy celosos de las sorpresas, quizás éstos podrían ser *spoilers*):

FACT # 1

¡¡Brian Lee O’Malley es el Nick Hornby del cómic!!



Ramona Flowers es la protagonista femenina de Scott Pilgrim. "To Ramona" es una canción de Bob Dylan interpretada también por Los Flying Burrito Brothers.



Ramona tiene un póster de Johnny Cash en su cocina.



Stephen Stills es el mejor amigo de Scott.



“Young” Neil es el fan nº 2 de Sex Bob-Omb.



Todd Rundgren (izquierda) vs. Todd Ingram (derecha)

Todd Ingram (a veces confundido con Todd Rundgren), vegano, ex-novio malvado de Ramona, casi vence a Scott en el Volumen 3.



Todos llevan camisetas geniales: de Calexico, de Los Kinks, de New Order

FACT # 2

¡¡Brian Lee O’Malley es fan de Los Flying Burrito Brothers!!

CAPÍTULO 0: Scott habla sobre su trabajo.



CAPÍTULO 1: ¿El "Palacio Dorado" de los Burritos Voladores? ¿Trajes de Nudie?



CAPÍTULO 2: Scott deseaba trabajar en ese lugar...



CAPÍTULO 3: Le contrataron y se convirtió en Gram Parsons...
(aquí casi me da un infarto)



CAPÍTULO 4: Pero el Palacio cerró y Scott perdió su trabajo...



CAPÍTULO 5: Sad Country Waltz (Scott compuso una canción para recordar el Palacio).



THE END
(Y así acabó la emoción)

Scott Pilgrim me ha hecho sentir parte de esa pequeña élite en la que Brian debía de estar pensando cuando escribió e ilustró todo esto.

Además, para aquellos a quienes "The Clash at Demonhead" les dice algo... apunto también que existe toda otra línea de referencias hacia videojuegos que yo me he perdido, pero que muchos otros valoran por doquier. Supongo que ellos sentirán también al leerlo algún que otro momento vibrante.



Carátula del disco de "The Clash at Demonhead"; etiqueta de BECK al frente; disco de Blood Meridian (canadienses alt.country, 2007) al fondo.

Me marcho ya, pero antes les dejo algunos nombres de la banda sonora de la película: Beck (of course), T-Rex, The Bluetones, Broken Social Scene, The Rolling Stones, The Black Lips... Sin desperdicio.



Enjoy the Pop/Rock!

Misión cumplida: historia contada. 1UP!

domingo, 31 de mayo de 2009

Weird Tales


Hi, there
.

We’re back.

Portada de la revista Weird Tales (1933)

Han sido varios meses de mucho Pop en español y menos Country de lo habitual. La verdad es que, con el Contempopránea en mente, me he visto arrastrada por el frenesí de querer llevar estudiados a todos los grupos del cartel de este año. Así, me he dado un atracón sin precedentes de “Indie de verdad”, que me ha dejado un regusto a golosina demasiado agradable como para querer prescindir de él: Cooper, Cola-Jet Set, Ellos, Russian Red, Sidonie, Lori Meyers, La Buena Vida, Vetusta Morla, La Bien Querida, Love Of Lesbian, etc.

Últimamente, sin embargo, algunas experiencias desordenadas, curiosidades varias y momentos realmente inolvidables me han devuelto con entusiasmo renovado a la amalgama de música que no para de sorprenderme y emocionarme: el Country.

Les invito a hacer un repaso conmigo.

De tocadiscos, forajidos y niños bien. El 25 de Abril por fin se hace realidad un sueño: escuchar vinilos en mi casa de verdad (a.k.a., la casa de mis padres). Días antes, mi novio se había encargado de comprarme en El Corte Inglés (¿dónde si no?) la pieza clave en todo el puzzle de cables y adaptadores que conforman el tándem “tocadiscos – cadena de música”: el previo de fono o preamplificador. Así, el 25, voy de fin de semana a casa: conduzco hasta mi ciudad de origen, llego, saludo, entro en mi habitación, encajo todo lo que había quedado suelto en mi último (y frustrado) intento y… voila!: comienza a sonar “Blue Eyes” a viva voz, del E.P. de 7” de la International Submarine Band (con Gram Parsons como líder). Llevaba guardado desde Diciembre de 2008. De los niños bien del Country-Rock decido pasar a los Outlaws (los de verdad), y me quedo patidifusa: Wanted! The Outlaws (1976) es un discazo. Nunca antes había oído una interpretación de “Suspicious Minds” a dúo (ésta la hacen Waylon Jennings y Jessi Colter). Por supuesto, la pongo again and again, sin parar, hasta que quedo satisfecha. Momentazo.

Will The Circle Be Unbroken? El 1 de Mayo (mi cumpleaños), tomando un helado en Triana, con mis Wayfarer nuevas en la cabeza y rodeada de chicas vestidas de flamencas (con los pies cansados), recibo un regalo inesperado: el disco de la Nitty Gritty Dirt Band (con las colaboraciones de Maybelle Carter y Roy Acuff, entre otros) Will The Circle Be Unbroken? (1972). Llevaba años detrás de él, pero nunca lo había comprado. Días más tarde, en el coche, de camino al trabajo, lo escucho con ilusión. Es un disco doble y me da para cuatro viajes. Toda la esencia del Country está en este álbum: me fascina que puedan gustarme tantísimo un fiddle y un twang. A colación de su escucha, vuelvo a sacar los CDs de Hank Williams y la Familia Carter. ¡Qué grandeza!

A la vanguardia de la técnica. Hace una semana, en casa, por la noche, mientras recojo la bandeja de la cena, oigo en la televisión una cancioncilla tremendamente simple, pero con taste a raíces y un guitarrismo muy rítmico y blandito. Corro a tomar nota de la marca anunciante: “Audi, Q5: A la vanguardia de la técnica”. Enciendo el ordenador y le pregunto a Mr. Google: se trata de la canción “Riding in my car”, de Woody Guthrie. Quedo contenta para el resto del día.

Lo que hizo Kate. Mi novio y mis compañeros de trabajo se han empeñado en que vea Perdidos. Gracias. Descubro que los flashbacks de Kate y Sawyer están plagados de canciones de Country clásico. La más recurrente hasta ahora (voy por el capítulo 15 de la tercera temporada) es “Walkin’ After Midnight”, de Patsy Cline. Me pica la curiosidad: ¿tendrá algún significado especial?

Country Disappeared. Me informan de que en el último disco de Wilco (Wilco, The Album), ése que aún no ha salido a la venta, hay una canción con el título “Country Disappeared”. Me asusto. ¿Es posible que los de Chicago estén dando a entender que abandonan su vínculo con la música Country? Visto lo visto en el Territorios 2009 de Sevilla, quizás sea así. Leo la letra de la canción en Internet, descargo el álbum, lo disfruto (¡preciosísimo!) y… me quedo tranquila. Wilco no están renegando de sus orígenes: la palabra “country” se utiliza con el significado de país. Entonces recuerdo: ¡cómo disfruté en el concierto del viernes! El estribillo de “A Shot In the Arm” y los solos de “Impossible Germany” aún resuenan en mi cabeza. Increíble.

Weird Tales. Descubro (según parece, ya lo sabía, aunque lo había olvidado) que Jeff Tweedy, Gary Louris y Marc Perlman coincidieron en Golden Smog a finales de los 90. Me gustan esta clase de apuntes curiosos. Weird Tales (1998) es el título del segundo álbum de esta banda. El pulso Wilco – Jayhawks de este viernes pasado lo ganó Wilco. Eso es impepinable. Pero, sinceramente, los Jayhawks me dieron lo que no me atrevía a esperar. Escuchar “Bad Time” esa noche no entraba en mis planes (la decepción con “How To Fight Loneliness”, de Wilco, ya había hecho mella), pero cuando reconocí los primeros acordes de “I’d Run Away”, poco después de que los Louris, Olson y Perlman salieran al escenario, me dije: “La tocan seguro”. Ahora puedo contar que he vivido en directo la canción nº 1 de mi lista “Canciones preciosísimas de alt.country”. Por otro lado, hubo gente que, al oír el nombre “Hank Williams” en boca de Mark Olson, se dio la vuelta y le dio la espalda al grupo durante un buen rato. A mí me pareció una falta de respeto: sobre todo, porque acto seguido se volvieron para corear el estribillo de “Bad Time” como si fuera lo mejor desde el chicle.

Los Jayhawks en el Territorios de Sevilla

Señores… gracias por su atención.

Bye.

See you soon.

sábado, 17 de enero de 2009

El show de Johnny Cash


I shot a man in Reno, just to watch him die.”

- Johnny Cash, “Folsom Prison Blues”

Aunque un poco tarde ya… ¡Feliz Año Nuevo! Lo crean o no, los Reyes Magos también se han pasado por el Auditorio Ryman. Junto a los últimos discos de Lucinda Williams, The Rascals y Josh Rouse han dejado un CD inesperado (aunque tremendamente bienvenido): Ladies and gentlemen, con ustedes… ¡“Lo mejor del show de Johnny Cash”!

A decir verdad, el álbum ha venido a sumarse al DVD que compré hace bien poquito, de idéntico título. En ambos se incluyen las actuaciones más destacadas del programa de televisión de Johnny Cash, grabadas todas en directo para este show semanal, emitido por la cadena americana ABC entre 1969 y 1971 (con 58 emisiones en total).

Me aventuro a asumir que el contexto socio-cultural de la época es más o menos conocido por todos. De todas formas, aquí les traduzco/resumo la intro con que abre el DVD: 1969. Una revolución televisiva unió a la América dividida por la Guerra de Vietnam. El show de Johnny Cash se emitió entre Junio de 1969 y Marzo de 1971, una época de contrastes radicales: la paz y el amor de Woodstock frente a la violencia de la Guerra; la inocencia de Barrio Sésamo frente al sinsentido de la resistencia; el primer paseo por la Luna y el último de los Beatles en Abbey Road… Así, en medio de toda esta vorágine surgió... The Johnny Cash Show.”

Johnny Cash, como bien nos explica la película “En la cuerda floja” (2005), se enganchó al carro del rock n’ roll en los años 50 (recordemos que es el único artista, junto a Hank Williams, que pertenece tanto al Country Music Hall of Fame como al Rock n’ Roll Hall of Fame). Las giras de promoción a lo largo y ancho del país, sus éxitos en las listas de Country (“Hey, Porter”, “Cry, Cry, Cry” o “Folsom Prison Blues”), por no hablar de la mítica grabación improvisada de 1956 para Sun Records, junto a Elvis, Jerry Lee Lewis y Carl Perkins (inciso dirigido al autor de Almanaque de Otoño: ¿para cuándo un post sobre el Million Dollar Quartet?), hicieron de él una estrella nacional.

En los 60, su liason con las drogas consiguió que “la gente no tuviera que esforzarse para creer que había estado en la cárcel”. La separación de sus hijas (más que la de su esposa, Vivian Liberto –dicen) acabó por convertir su existencia en un sinvivir. Nuestra querida June Carter (parte de su séquito particular de aquella época) le acompañó en los años siguientes y le ayudó a superar su adicción. Finalmente, en 1967 llegó el resurgir. En lo personal, Johnny y June se casaron por fin. Además, el tremendo éxito del álbum Johnny Cash at Folsom Prison (1968) relanzó su carrera. A pesar de las reticencias de Columbia, el LP fue disco de oro tan sólo cinco meses después de su lanzamiento.

Llegados a este punto, cuando su cota de popularidad había desbordado ya las expectativas de los entendidos más optimistas, la cadena ABC, que preparaba un programa de entretenimiento semanal con proyección nacional, se fijó en Johnny Cash y le ofreció la posibilidad de dirigir su propio show musical. El edificio donde habría de ser grabado se encontraba en Nashville, era símbolo inequívoco de la música Country y se llamaba… Auditorio Ryman”. Gracias a Dios, Johnny dijo “sí”. Fichó a su mujer, a su familia política (la segunda generación de los Carter), a su banda de toda la vida (los Tres de Tennessee) y a algunos de sus mejores amigos (Carl Perkins y los Statler Brothers); y así dio el pistoletazo de salida su show personal. Bob Dylan y Joni Mitchell fueron los padrinos de Johnny el día del estreno: “Hello, I’m Johnny Cash!

Durante los dos años que el programa estuvo en antena, el público del Auditorio tuvo ocasión de deleitarse con más de 100 artistas diferentes (entre cantantes, compositores, bandas, actores y cómicos). Dentro de la hora completa del show, Johnny reservó 10 minutos a la música Country, con un pequeño espacio llamado “Country Gold”. Glen Campbell, Merle Haggard, Marty Robbins, Tammy Wynette, Loreta Lynn, Tex Ritter, Hank Snow, Buck Owens y Webb Pierce fueron invitados más de una vez a este espacio.

No obstante, casi todos los estilos musicales se pasearon por delante del Sr. Cash y su esposa. Louis Armstrong estuvo allí, Ray Charles estuvo allí, Derek and the Dominos (con un jovencísimo Eric Clapton), la Creedence, James Taylor, Stevie Wonder, Pete Seeger, Kris Kristofferson, los Everly Brothers, y Roy Orbison… también formaron parte de la lista de invitados de John y June.

En fin… Como sé que tiendo a alargarme bastante y no quiero entretenerles mucho más… Aquí dejo este batiburrillo de actuaciones para los que quieran deleitarse, clasificadas en diferentes grupos:

  • Las preferidas del Auditorio (el virtual): Neil Young (“The Needle and the Damage Done” –GRANDÍSIMA), Johnny Cash (en solitario, cantando por primera vez “The Man In Black”, y junto a su mujer, interpretando “Jackson”).
  • La más controvertida: Johnny Cash en “Sunday Morning Coming Down”, de Kris Kristofferson, por negarse a obviar una frase que decía “Wishing, Lord, that I was stoned” (algo así como “pidiendo al Cielo estar colocado”).
  • Las más bizarras: los Cowsills (esa famila tan de las compilaciones de powerpop) y los Monkees (interpretando, entre otras, Nine Time Blues”, del genial Mike Nesmith –pionero del country-rock).

El show de Johnny Cash echó el cierre el 31 de Marzo de 1971. La cadena ABC, tras los pasos de la CBS, decidió meterlo en el saco de “programas televisivos de corte rural”, tan despreciados por los altos directivos de las televisiones, por los anunciantes y los patrocinadores; y así, lo cancelaron sin pestañear.

Cierto: los 70 no fueron muy amigos de los valores de la América más tradicional y conservadora, pero, Señores… just for the record, Johnny Cash era otra cosa.

Johnny Cash, in memoriam, 1932 – 2003