domingo, 24 de febrero de 2008

Emmylou Harris: "Queen Of The Silver Dollar"

En el Auditorio Ryman todo han sido nervios, entusiasmo y alegría desde que el 12 de Febrero se hiciera pública la siguiente noticia: Emmylou Harris entrará a formar parte del célebre Country Music Hall of Fame este mismo año.  Ladies and gentlemen, lo crean o no, este es el mayor reconocimiento que un artista de música country puede recibir.

Desde luego, si alguien me pidiera que eligiese a una artista femenina capaz de representar el espíritu country de los últimos 35 años (me ha parecido oírselo a alguien en el público), mi respuesta sería: “Emmylou Harris”.

Tanto es así que la semana pasada me regalaron (¡qué bien me conocen!) el quinto/sexto disco de Emmylou: “Blue Kentucky Girl” (1979).  La selección de canciones no podía ser más exquisita: “Hickory Wind” (Gram Parsons), “Save The Last Dance For Me” (llevada por los Drifters al número 1 en América) o “Everytime You Leave” (de los Louvin Brothers).  Suele decirse de este disco que es su esfuerzo más notable por acercarse de nuevo a la esencia de la “música cósmica americana” (crédito a Gram Parsons) de sus comienzos.  Ella misma confiesa que, en “Blue Kentucky Girl”, puso toda su creatividad al servicio del country (en reacción a los comentarios de los críticos más puristas, que atribuyeron el éxito en las listas de su anterior disco, “Quarter Moon In A Ten Cent Town” (1978), a los arreglos pop de las canciones).  En este sentido, “Blue Kentucky Girl” fue como dar un paso atrás: “No Beatles song. Just very, very pure.  De ahí también, quizás, la apariencia “pseudo-vintage” de la artista (como si de una Kitty Wells de los 70 se tratara) en la portada.

Los comienzos de Emmylou Harris en el country se encuentran ligados a los dos álbumes (“preciosísimos”) de Gram Parsons en solitario: “G.P.” (1973) y “Grievous Angel” (1974).  Esto es así porque a Emmylou la descubrieron los Flying Burrito Brothers en un club de Washington allá por 1971 (cuando Gram Parsons, líder de la banda, andaba rumiando la idea de comenzar su propio proyecto en solitario).  

Antes de volar a Los Ángeles para grabar con Gram Parsons, Emmylou apenas había oído country: Hank Williams, Woody Guthrie, y poco más.  Después de escuchar a los muchos artistas con los que Gram Parsons se entusiasmaba (los Louvin Brothers, Merle Haggard o George Jones, además de Elvis Presley, claro está), Emmylou afirma que se convirtió en una “fanática del country”.

Su colaboración junto a Gram Parsons dio varios frutos bien jugosos: una serie de canciones rebosantes de entendimiento, emoción y preciosismo vocal.  “Love Hurts” (brillante composición del matrimonio Bryant), “We’ll Sweep Out The Ashes In The Morning”, “A Song For You” o “In My Hour Of Darkness” son sólo algunos ejemplos.  Después, Buck Owens, Roy Orbison, Linda Rondstadt, Dolly Parton, Neil Young, Steve Earle, Elvis Costello y (el último por el momento) Mark Knopfler (entre muchos otros) también compartirían interpretaciones con Emmylou.

Durante la grabación de sus dos primeros discos, “Pieces Of The Sky” y “Elite Hotel” (ambos de 1975), Emmylou contó con el apoyo de los músicos que habían tocado en el “G.P.” y “Grievous Angel” de Gram Parsons (algunos de los cuales habían acompañado también a Elvis): Glen D. Hardin y James Burton son, quizás, los más destacados.  Este fue el comienzo de la llamada “Hot Band”, que seguiría arropando a Emmylou hasta finales de los 80.

  De su primera época me gustan muy especialmente canciones como “From Boulder To Birmingham” (dedicada a Gram Parsons tras su estremecedora muerte), “Too Far Gone” (su primer single) o “The Bottle Let Me Down” (el clásico de Merle Haggard).

Hoy, a sus 60 años, Emmylou Harris sigue grabando, realizando colaboraciones (¿no han visto el “All The Roadrunning”, junto a Mark Knopfler, en las estanterías de las tiendas de discos?: muy recomendable…), ofrenciendo conciertos, participando en homenajes (innumerables los dedicados a Gram Parsons; el útimo, un tributo a Porter Wagoner), concediendo entrevistas, y así hasta completar un largo etcétera. 

Su entrada en el Country Music Hall of Fame es un honor merecido.  Así pues, el Auditorio Ryman quiere dar la enhorabuena a su madrina (¡gracias por acordarte de nosotros en 1992!), gritando…

Long live the Queen!

sábado, 16 de febrero de 2008

La aristocracia del country: The Carter Family

Bienvenidos de nuevo. Gracias por la cordial acogida. Right…. Empezamos de verdad. Los primeros invitados al Auditorio Ryman son… la NOBLE Familia Carter. Sí, NOBLE. Tan respetado es su linaje que a menudo se le aplican calificativos como: “la primera familia de la música country”, “la familia real del country” o “los miembros fundadores de la aristocracia country”. Una obra de referencia sobre el country que me regaló una persona muy especial comienza su reseña acerca de la Familia Carter describiendo una de las fotos más recurrentes del trío original.

Traduzco: “Parecen miembros de una familia real del siglo XIX asomándose al mundo a través de docenas de portadas de discos antiguos… Ninguno de los tres rompe a sonreír, ninguno hace gesto alguno, A. P. Carter siempre de pie, generalmente entre las dos mujeres. La ausencia de joyas, el maquillaje inexistente, el color oscuro del traje, lo sobrio y lo conservador de los vestidos… ataviados los tres como cualquier familia del Sur antes de ir a Misa. Es como si supieran que habrían de cambiarle la cara a la música americana, lo cual era una labor importante que requería una imagen seria. Ahí queda eso.

La Familia Carter procedía de Maces Spring, Virginia. La formación original de grupo la compusieron A. P. Carter, su mujer Sara (Carter) y Maybelle Carter (casada con un hermano de A. P.). En 1927 decidieron acudir a Bristol (justo en la frontera entre Virginia y Tennessee), en respuesta a un anuncio de periódico que ofrecía audiciones a los músicos de la zona. La casa de gramófonos RCA Victor los vió, se maravilló y organizó una sesión de grabación que formó parte de lo que hoy se conoce como las “sesiones de Bristol” (Jimmie Rodgers también participó en las mismas, aunque no llegó a coincidir con los Carter; lo haría más tarde, en 1935).

A partir de entonces el éxito de la Familia Carter se hizo patente gracias a la creciente distribución de los dos bastiones tecnológicos de la “industria discográfica” de la época: el gramófono y la radio. Así, durante la década de los 30, el día a día de los Carter se llenó de grabaciones (casi 300 en total: para RCA Victor, Decca y otras casas), apariciones en la radio, espectáculos y tours. Su música llegaba a todos los rincones del país.

El deterioro de la relación entre A. P. y Sara forzó la ruptura del grupo en el año 1943. A. P. volvió a casa. Sara se retiró. Maybelle, sin embargo, decidió continuar la carrera musical de la Familia Carter, acompañada de sus tres hijas: Helen, June y Anita. Fue durante los años 50 cuando las cuatro entraron a formar parte del cast habitual del programa de radio Grand Ole Opry. Para entonces ya eran leyenda.

La gracia de la Familia Carter reside, creo yo, en su vinculación (clara y abierta) con los valores tradicionales americanos. Nadie antes había hecho algo tan simple como grabar canciones sobre los "ups and downs" de la vida (corría el 1927). La mayor parte de estas canciones llevaban décadas sonando en el seno de las familias de media América. La Familia Carter fue fiel a este carácter auténtico, y eso les bastó. Además, las prodigiosas cualidades musicales del trío original resultaban (cuando menos) admirables. La peculiar forma de Maybelle al tocar la guitarra tiene nombre propio: “the Carter scratch”; y la voz de Sara (dicen: las grabaciones que tengo no dan para tanto) era tan transparente que dejaba entrever su estado de ánimo en todo momento.

Merecen especial atención (no quiero aburrirles con títulos como “Single Girl, Married Girl”) las siguientes canciones de la Familia Carter: “Wildwood Flower” (se vendieron 120.000 copias en el año 1929…); “Keep On The Sunny Side” (convertida en un standard del country), “Will The Circle Be Unbroken?” (que daría título al concierto-homenaje por la Nitty Gritty Dirt Band que aún no tengo en mi haber…); “John Hardy Was A Desperate Little Man” (la revista británcia Uncut,Take 129, en un reportaje sobre el disco “John Wesley Harding”, asegura que Dylan se inspiró en el personaje de la canción de la Familia Carter, cambiando “Hardy” por “Harding”…); y, finalmente, “No Depression In Heaven” (la canción de A. P. Carter que llamó la atención de Uncle Tupelo, lo que dio lugar al nacimiento de un movimiento reivindicativo por la vuelta a las raíces del country durante los años 90).

Por último, me gustaría aclarar el hecho de que el término “Familia Carter” puede llegar a abarcar a artistas como Johnny Cash o Nick Lowe. Si, Nick Lowe. “Familia Carter” se utiliza en tres sentidos: (a) “The Original Carter Family”, que hace referencia a los tres miembros fundadores del grupo (A. P., Sara y Maybelle); (b) “The second generation”, la formación constituida por Maybelle y sus hijas; y, finalmente (c) “The extended Carter Family”, que incluye a artistas como Carl Smith y Johnny Cash (primer y tercer esposo de June Carter, respectivamente), Carlene Carter (hija de June Carter), Nick Lowe (tercer marido de la anterior), y Rosanne Cash (hija de Johnny Cash). Lo sé, lo sé, no hay quien se aclare… Aquí tienen el árbol genealógico para que puedan hacerse una composición algo más palpable.

Bueno, muchísimas gracias por su atención. Esto es todo por ahora. Espero no haberles aburrido. Ya saben: "Keep on the sunny side of life."

domingo, 10 de febrero de 2008

Bienvenidos al Auditorio Ryman


Welcome, ladies and gentlemen  Aquí comienza la andadura de este espacio virtual destinado a… all things country: un escenario que intentará dar cobijo a los protagonistas de este género musical connaturalmente (aunque no exclusivamente) americano.  Los artistas de ayer y de hoy, los grupos más y menos cool, las canciones sobrias, las horteras y las que hablan de esa small town America que tanto me conmueve, los álbumes mejor considerados y los más inesperados, las modas, las películas y la literatura de esencia puramente country… todo tendrá cabida en el Auditorio Ryman.

El objetivo de esta (mi primera) experiencia con un blog es doble: por un lado, obligarme a aprender todo lo que aún no sé (que es mucho) acerca de un género musical que me ha venido llamando la atención especialmente en los dos últimos años; por otro, compartir mi ilusión (y mis pequeños descubrimientos) con todo el público del Auditorio.

 He creído que el nombre Auditorio Ryman (traducción literal del inglés Ryman Auditorium) podía representar de forma bastante fiel el espíritu country que predominará en este blog.  La historia de este Auditorio se encuentra ligada (entre 1943 y 1974, y desde 1994 hasta ahora) a una pieza clave en el rompecabezas de la música country, el programa de la emisora de radio WMS, de alcance nacional desde el año 1939: el grandísimo (valga el énfasis) Grand Ole Opry.  La lista de artistas que han pisado el escenario del Auditorio es interminable (Elvis Presley, George Jones, Loretta Lynn, Dolly Parton, Marty Robbins, Bob Dylan… Elvis Costello, Wilco, Bright Eyes, ETCÉTERA). También son numerosos los álbumes y espectáculos grabados desde el Ryman Auditorium: los más famosos son, quizás, el show de Johnny Cash, los directos de Patsy Cline y Emmylou Harris y el reciente Heart of Gold de Neil Young.

Mucho me temo que entre los subgéneros country (por llamarlos de alguna manera) más representados en este Auditorio se contarán tanto el country clásico (Jimmie Rodgers, Hank Williams, The Carter Family, Lefty Frizzell, Porter Wagoner, etc.), como el country-rock (Gram Parsons, Gene Clark, The Dillards, Mike Nesmith, etc.), así como el “contempopráneo” alt.country o Americana (Uncle Tupelo, Wilco, The Jayhawks, Lucinda Williams, Ryan Adams, etc.).  Niños bonitos como The Byrds o The Flying Burrito Brothers también estarán entre mis artistas invitados: eso sí, les trataré con el respeto que merecen; ese que un día un tal “drugstore truck-driving man” les negó.

A todos aquellos a quienes el country les suene (¡sólo!) a Rústicos en dinerolandia  quizás podrían interesarles los siguientes hechos, genialidades y ocurrencias: a ver…  Elvis hizo country (Elvis Country, 1971), Los Rolling Stones palparon el country(-rock) (“Dead Flowers”, 1971), Bob Dylan se rindió al country (Nashville Skyline, 1968), Johnny Cash es country…  Ladies and gentlemen, ¡hasta Los Beatles se dejaron seducir por el country (“Rocky Raccoon”, 1968)!

En fin, sólo me queda esperar que se animen a embarcarse conmigo en esta experiencia.  Si es así, les invito a sentarse y a disfrutar del espectáculo.